LOS ADJETIVOS
http://www.glogster.com/martalaura2/martalaura2/g-6ko1dujihals2dmlmaqada0
jueves, 30 de mayo de 2013
miércoles, 15 de mayo de 2013
"Vídeo curioso"
DATOS CURIOSOS
Os dejo un vídeo con datos curiosos de animales. Espero que os guste, a mi me encanta.
https://www.youtube.com/watch?v=hXoD_D_GUXE
Os dejo un vídeo con datos curiosos de animales. Espero que os guste, a mi me encanta.
https://www.youtube.com/watch?v=hXoD_D_GUXE
"Los adverbios"
Y ahora...reparasemos el adverbio.
Os propongo una página para que lo repaséis.
http://www.elabueloeduca.com/aprender/lengua/palabras/adverbios.html
Os propongo una página para que lo repaséis.
http://www.elabueloeduca.com/aprender/lengua/palabras/adverbios.html
"El adjetivo"
¿Qué os parece si hacemos un repaso del adjetivo?
Os dejo un esquema que te resultará muy útil para repasar el adjetivo.
En esta página podréis encontrar ejercicios del adjetivo.
http://www.primaria.librosvivos.net/archivosCMS/3/3/16/usuarios/103294/9/5EP_len_ud9_grados_adjetivo/frame_prim.swf
Os dejo un esquema que te resultará muy útil para repasar el adjetivo.
En esta página podréis encontrar ejercicios del adjetivo.
http://www.primaria.librosvivos.net/archivosCMS/3/3/16/usuarios/103294/9/5EP_len_ud9_grados_adjetivo/frame_prim.swf
"Manualidades sencillas"
¡Buenos días!
¿Os gustan las manualidades? Os dejo una página web que vienen diferentes manualidades sencillas para realizar. Qué mejor que pasar el tiempo libre haciendo este tipo de cosas y no frente a una pantalla.
Ánimo
http://childtopia.com/index.php?module=home&func=manualidades&newlang=spa
¿Os gustan las manualidades? Os dejo una página web que vienen diferentes manualidades sencillas para realizar. Qué mejor que pasar el tiempo libre haciendo este tipo de cosas y no frente a una pantalla.
Ánimo
http://childtopia.com/index.php?module=home&func=manualidades&newlang=spa
Bizcocho con colacao
¿Os gustan los bizcochos?¿Y el colacao?, pues hoy os traigo una receta riquísima que podeis realizar en casa, fácil y sencilla.
INGREDIENTES
200 gr. harina, 200 gr. cacao en polvo cola cao, 150 gr. azúcar, 150 gr. mantequilla, 150 ml. leche, 4 huevos, 3 cdtas de levadura
ELABORACIÓN
En un bol ponemos la harina, el cola cao y la levadura, lo mezclamos todo hasta conseguir una mezcla uniforme.
En otro bol, ponemos los huevos, los batimos ligeramente y añadimos el azúcar, lo mezclamos hasta integrar y seguidamente añadimos la leche y la mantequilla, la cual habremos fundido en el microondas y lo batimos todo hasta obtener una masa homogénea.
Ahora añadimos esta masa líquida a la masa seca y mezclamos enérgicamente hasta obtener una masa uniforme y sin grumos.
Pasamos nuestra mezcla al molde que vayamos a utilizar, el cual deberá de estar engrasado y lo introducimos en el horno, previamente calentado a 170º, y lo horneamos durante una hora o hasta que pinchemos y nos salga limpia la aguja.
Pasado el tiempo, lo retiramos del horno, lo dejamos reposar unos cinco minutos en el molde, y seguidamente lo pasamos a una rejilla para dejarlo enfriar por completo.
Tiempo de elaboración | 70 minutos
INGREDIENTES
200 gr. harina, 200 gr. cacao en polvo cola cao, 150 gr. azúcar, 150 gr. mantequilla, 150 ml. leche, 4 huevos, 3 cdtas de levadura
ELABORACIÓN
En un bol ponemos la harina, el cola cao y la levadura, lo mezclamos todo hasta conseguir una mezcla uniforme.
En otro bol, ponemos los huevos, los batimos ligeramente y añadimos el azúcar, lo mezclamos hasta integrar y seguidamente añadimos la leche y la mantequilla, la cual habremos fundido en el microondas y lo batimos todo hasta obtener una masa homogénea.
Ahora añadimos esta masa líquida a la masa seca y mezclamos enérgicamente hasta obtener una masa uniforme y sin grumos.
Pasamos nuestra mezcla al molde que vayamos a utilizar, el cual deberá de estar engrasado y lo introducimos en el horno, previamente calentado a 170º, y lo horneamos durante una hora o hasta que pinchemos y nos salga limpia la aguja.
Pasado el tiempo, lo retiramos del horno, lo dejamos reposar unos cinco minutos en el molde, y seguidamente lo pasamos a una rejilla para dejarlo enfriar por completo.
Tiempo de elaboración | 70 minutos
"A leer"
Os propongo leer este cuento.
El
carpintero del corazón de oro
Érase una vez un
pueblo muy, muy lejano, en el que vivía
un carpintero muy especial:
Jonás era el carpintero del barrio y aunque tenía su pequeño taller varias calles más abajo, todo el vecindario sabía que podía acudir a él, ya que tenía un corazón de oro y ayudaba a la gente sin pedir nada a cambio, salvo una sonrisa de agradecimiento.
-La puerta ha quedado perfecta-, indicó Jonás mientras comprobaba las bisagras por última vez. A continuación recogió su caja de herramientas y se despidió de sus vecinos sin querer cobrarles nada por el trabajo, ya que sabía que aquella gente era muy pobre y no tenían apenas dinero.
Ya en la calle se encontró con Alonso, su buen amigo el zapatero, con el que se detuvo a charlar animadamente hasta que el reloj de la torre de la iglesia le indicó que era hora de volver a casa. A su regreso a la carpintería Jonás dejó la caja de herramientas encima de la mesa y se quitó el mandil para dejarlo colgado de una percha de la pared, pero en ese momento algo llamó poderosamente su atención: allí, encima de la mesa, justo al lado de la caja de herramientas, había una bonita y reluciente moneda de oro.
-¿Quién habrá olvidado aquí esta moneda?-, pensó mientras se rascaba la cabeza con la mano derecha. -Seguramente se la habrá dejado olvidada alguno de mis clientes- concluyó mientras cerraba la puerta del taller para dirigirse a casa. Jonás pasó toda la noche pensando quién podría ser el dueño de aquella moneda y solo se le ocurrió que ya que no podía saber a quién pertenecía, lo mejor sería entregársela a Juana, una señora del barrio, muy pobre y con muchos hijos; de modo que al día siguiente, de camino a la carpintería, entregó la moneda a la mujer que se puso muy contenta.
Ya en el taller sus tareas le mantuvieron ocupado hasta la hora de comer y fue en aquel momento, al dejar el martillo encima de la mesa, cuando observó un resplandor dorado similar al del día anterior, solo que en esta ocasión no se trataba de una si no de dos enormes y relucientes monedas de oro. Jonás abrió unos ojos como platos ya que en esta ocasión no podía tratarse de otro descuido de manera que, aún sorprendido, optó por guardarse las dos monedas en el bolsillo del pantalón.
Aquella tarde recibió la visita de otro vecino. El hombre acudía a pagar al carpintero por haberle arreglado el tejado de su casa, pero con lágrimas en los ojos le dijo que le era imposible pagar, pues no tenía trabajo ni dinero. Jonás le escuchó atentamente y le contestó sonriendo: -no debes preocuparte; no hace falta que me pagues nada-. El hombre agradecido le abrazó y Jonás salió a despedirle hasta la calle de forma que cuando entró de nuevo en el taller encontró otras dos monedas de oro brillando encima de la mesa. El carpintero, incrédulo, se frotó los ojos al descubrir este nuevo tesoro y apresuradamente las recogió y se las guardó en el bolsillo junto a las otras.
Durante toda la noche y el día siguiente el buen carpintero estuvo buscando una explicación a lo sucedido y llegó a una conclusión: cada vez que ayudaba a alguien, recibía una recompensa en forma de monedas de oro.
Para tratar de comprobar su teoría recogió la caja de herramientas y acudió a la casa de un vecino al que tenía que arreglarle una ventana. Una vez en su casa le arregló el marco de la ventana y no solo no le cobró sino que además le ajustó una bisagra de la puerta que chirriaba. Después de recibir el agradecimiento del buen hombre, Jonás corrió hacia su taller apresuradamente, abrió la puerta y....¡¡efectivamente!!, encima de la mesa aparecían cuatro monedas de puro oro.
Jonás cerró la puerta tras de sí y la atrancó con un cerrojo; recogió las monedas y las guardó juntó con las demás.
Así fueron pasando los días y Jonás fue amasando una fortuna, aunque también y sin darse cuenta, su codicia también iba en aumento.
Hasta que un buen día el carpintero entregó una limosna a un ciego a la puerta de la iglesia y corrió al taller esperando su recompensa. Cual fue su sorpresa cuando en lugar de una pieza de oro lo que había encima de la mesa era una vulgar moneda de hierro. Confundido, el carpintero salió de nuevo a la calle y a la primera persona que se encontró le entregó una cantidad de dinero aún mayor que la del ciego; a continuación entró corriendo al taller y buscó y rebuscó sus monedas de oro: Revisó el banco de trabajo, arrojó al suelo toda la herramienta e incluso se arrodilló delante de la mesa para buscarlas por el suelo; pero lo único que halló fueron dos miserables monedas de hierro.
Enfurecido y aterrado optó por llevar su tesoro al Banco de la ciudad para ponerlo a salvo, así que recogió su cofre de monedas y salió. En el camino se encontró con su amigo el zapatero que le saludó cortésmente pero Jonás, mas preocupado por su dinero que por sus amigos, no tuvo tiempo de responder al saludo.
Todos los días acudía el carpintero al banco a contar sus monedas. Se había convertido en una persona desconfiada, malhumorada y con un corazón de hierro. Pero una mañana, al abrir el cofre, descubrió que sus amadas monedas doradas se habían convertido en vulgares monedas de hierro. Furioso por el engaño pidió explicaciones pero nadie en el banco se las pudo dar, de modo que Jonás tuvo que darse por vencido y echarse a llorar.
Ya de camino a casa, desolado y cargando con su cofre lleno de monedas sin valor, cruzó por delante de una pequeña herrería. Al verle pasar, un viejo herrero salió a su encuentro para pedirle una limosna. Jonás le miró de arriba a abajo y después de pensárselo unos segundos, sonriendo, le entregó el cofre. El viejo lo abrió y su cara se llenó de una gran alegría, ya que con aquellos trozos de hierro sin valor, podría forjar decenas de herraduras con las que poder dar de comer a su familia.
El carpintero le siguió con la mirada mientras el viejo se alejaba feliz con el cofre y, mas reconfortado, continuó su camino. Al llegar a la carpintería se puso el mandil para comenzar a trabajar y entonces observó que encima de la mesa había una reluciente moneda de oro.
De esta manera Jonás aprendió que la verdadera recompensa está en ayudar y no en esperar nada a cambio.
Jonás era el carpintero del barrio y aunque tenía su pequeño taller varias calles más abajo, todo el vecindario sabía que podía acudir a él, ya que tenía un corazón de oro y ayudaba a la gente sin pedir nada a cambio, salvo una sonrisa de agradecimiento.
-La puerta ha quedado perfecta-, indicó Jonás mientras comprobaba las bisagras por última vez. A continuación recogió su caja de herramientas y se despidió de sus vecinos sin querer cobrarles nada por el trabajo, ya que sabía que aquella gente era muy pobre y no tenían apenas dinero.
Ya en la calle se encontró con Alonso, su buen amigo el zapatero, con el que se detuvo a charlar animadamente hasta que el reloj de la torre de la iglesia le indicó que era hora de volver a casa. A su regreso a la carpintería Jonás dejó la caja de herramientas encima de la mesa y se quitó el mandil para dejarlo colgado de una percha de la pared, pero en ese momento algo llamó poderosamente su atención: allí, encima de la mesa, justo al lado de la caja de herramientas, había una bonita y reluciente moneda de oro.
-¿Quién habrá olvidado aquí esta moneda?-, pensó mientras se rascaba la cabeza con la mano derecha. -Seguramente se la habrá dejado olvidada alguno de mis clientes- concluyó mientras cerraba la puerta del taller para dirigirse a casa. Jonás pasó toda la noche pensando quién podría ser el dueño de aquella moneda y solo se le ocurrió que ya que no podía saber a quién pertenecía, lo mejor sería entregársela a Juana, una señora del barrio, muy pobre y con muchos hijos; de modo que al día siguiente, de camino a la carpintería, entregó la moneda a la mujer que se puso muy contenta.
Ya en el taller sus tareas le mantuvieron ocupado hasta la hora de comer y fue en aquel momento, al dejar el martillo encima de la mesa, cuando observó un resplandor dorado similar al del día anterior, solo que en esta ocasión no se trataba de una si no de dos enormes y relucientes monedas de oro. Jonás abrió unos ojos como platos ya que en esta ocasión no podía tratarse de otro descuido de manera que, aún sorprendido, optó por guardarse las dos monedas en el bolsillo del pantalón.
Aquella tarde recibió la visita de otro vecino. El hombre acudía a pagar al carpintero por haberle arreglado el tejado de su casa, pero con lágrimas en los ojos le dijo que le era imposible pagar, pues no tenía trabajo ni dinero. Jonás le escuchó atentamente y le contestó sonriendo: -no debes preocuparte; no hace falta que me pagues nada-. El hombre agradecido le abrazó y Jonás salió a despedirle hasta la calle de forma que cuando entró de nuevo en el taller encontró otras dos monedas de oro brillando encima de la mesa. El carpintero, incrédulo, se frotó los ojos al descubrir este nuevo tesoro y apresuradamente las recogió y se las guardó en el bolsillo junto a las otras.
Durante toda la noche y el día siguiente el buen carpintero estuvo buscando una explicación a lo sucedido y llegó a una conclusión: cada vez que ayudaba a alguien, recibía una recompensa en forma de monedas de oro.
Para tratar de comprobar su teoría recogió la caja de herramientas y acudió a la casa de un vecino al que tenía que arreglarle una ventana. Una vez en su casa le arregló el marco de la ventana y no solo no le cobró sino que además le ajustó una bisagra de la puerta que chirriaba. Después de recibir el agradecimiento del buen hombre, Jonás corrió hacia su taller apresuradamente, abrió la puerta y....¡¡efectivamente!!, encima de la mesa aparecían cuatro monedas de puro oro.
Jonás cerró la puerta tras de sí y la atrancó con un cerrojo; recogió las monedas y las guardó juntó con las demás.
Así fueron pasando los días y Jonás fue amasando una fortuna, aunque también y sin darse cuenta, su codicia también iba en aumento.
Hasta que un buen día el carpintero entregó una limosna a un ciego a la puerta de la iglesia y corrió al taller esperando su recompensa. Cual fue su sorpresa cuando en lugar de una pieza de oro lo que había encima de la mesa era una vulgar moneda de hierro. Confundido, el carpintero salió de nuevo a la calle y a la primera persona que se encontró le entregó una cantidad de dinero aún mayor que la del ciego; a continuación entró corriendo al taller y buscó y rebuscó sus monedas de oro: Revisó el banco de trabajo, arrojó al suelo toda la herramienta e incluso se arrodilló delante de la mesa para buscarlas por el suelo; pero lo único que halló fueron dos miserables monedas de hierro.
Enfurecido y aterrado optó por llevar su tesoro al Banco de la ciudad para ponerlo a salvo, así que recogió su cofre de monedas y salió. En el camino se encontró con su amigo el zapatero que le saludó cortésmente pero Jonás, mas preocupado por su dinero que por sus amigos, no tuvo tiempo de responder al saludo.
Todos los días acudía el carpintero al banco a contar sus monedas. Se había convertido en una persona desconfiada, malhumorada y con un corazón de hierro. Pero una mañana, al abrir el cofre, descubrió que sus amadas monedas doradas se habían convertido en vulgares monedas de hierro. Furioso por el engaño pidió explicaciones pero nadie en el banco se las pudo dar, de modo que Jonás tuvo que darse por vencido y echarse a llorar.
Ya de camino a casa, desolado y cargando con su cofre lleno de monedas sin valor, cruzó por delante de una pequeña herrería. Al verle pasar, un viejo herrero salió a su encuentro para pedirle una limosna. Jonás le miró de arriba a abajo y después de pensárselo unos segundos, sonriendo, le entregó el cofre. El viejo lo abrió y su cara se llenó de una gran alegría, ya que con aquellos trozos de hierro sin valor, podría forjar decenas de herraduras con las que poder dar de comer a su familia.
El carpintero le siguió con la mirada mientras el viejo se alejaba feliz con el cofre y, mas reconfortado, continuó su camino. Al llegar a la carpintería se puso el mandil para comenzar a trabajar y entonces observó que encima de la mesa había una reluciente moneda de oro.
De esta manera Jonás aprendió que la verdadera recompensa está en ayudar y no en esperar nada a cambio.
FIN.
¿Os ha gustado?
martes, 7 de mayo de 2013
Diálogo en la calle
Diálogo en la calle entre Patricia y yo.
Patricia es una chica de mi pueblo, de mi edad. Le conozco porque era amiga mia cuando ibamos al colegio. Nos encontramos el otro día en la calle cuando iba a entrenar al baloncesto con mis niños.
Patricia: ¡Hola Marta, cuánto tiempo!
Marta: !Hombre Patricia, ¿Cómo estas?¿Qué tal te va todo?
Patricia: Pues muy bien, estoy estudiando Magisterio de Educación Infantil y me encanta, ¿y tú?¿qué tal?¿qué estudias?
Marta:¿sí?¿Educación Infantil?¡Qué bien! Yo estoy estudiando tambien Magisterio, pero Educación Primaria y muy bien.
Patricia: Me alegro mucho que te guste mucho. ¿A ti te gustaba hacer snow no?.
Marta: Si, el otro día subí a Valdesquí a hacer snow, que hacía muy bueno. ¿Podríamos ir un día no? Que me acuerdo que a ti también te gustaba.
Patricia: Si, podriamos subir un dia de estos si te apetece, ¿Vale?
Marta: Me parece genial. Bueno Patricia me tengo que ir, que voy a entrenar a mis niños al baloncesto que soy entrenadora.
Patricia: ¿En serio?¿Eres entrenadora?
Marta: Si, me encantan los niños y el baloncesto, me llamaron y decidí aceptarlo sin dudarlo.
Patricia: ¡Qué bien! Pues nada que te vaya muy bien en la Universidad y con los niños. Nos veremos pronto.
Marta: Sí, yo te llamo y subimos un día a hacer snow.
Patricia: ¡Adios!
Marta: ¡Adios Patricia!
"De vuelta al blog"
¡Hola! Siento no haber actualizado mi blog, pero estaba en un colegio de prácticas y después vinieron las vacaciones de Semana Santa y he dejado un poco abandonado esto. ¿Qué tal lo has pasado estas vacaciones? ¿Has estudiado?
Bueno ya estoy de vuelta, y dispuesta a ayudarte en lo que sea :) .
Bueno ya estoy de vuelta, y dispuesta a ayudarte en lo que sea :) .
domingo, 31 de marzo de 2013
Tarea 3: "El hombre del paraguas"
1. Selección.
Una madre y su hija fueron a Londres al dentista y
al salir fueron a una cafetería.
Al salir de la cafetería empezó a llover y pensaron que lo mejor sería coger un
taxi. Mientras lo
esperaban se les acercó un hombre viejo con un paraguas. Su madre desconfió de él en todo
momento, el hombre les pidió una libra a cambio del paraguas que llevaba él que
valía 20 libras, con la excusa de que no podía volver a casa a pie y se le
había olvidado la cartera.
La mujer le dio la libra y se quedó con el paraguas y el hombre se fue. La niña
vio al hombre andando apresurado sin intención de coger ningún taxi y se lo
dijo a su madre que decidió seguirle. Les condujo hasta un bar donde por la ventana vieron que pedía
un whisky triple a cambio del billete de una libra. Seguidamente fue hasta
donde tenía colgados la gabardina y el sombrero, los cogió pero también cogió un
paraguas, y se marchó. Le siguieron hasta la misma calle donde les había parado
y vieron cómo le hacía lo mismo a un joven.
2. Sustitución de los
sustantivos.
Una madre y su hija fueron a Londres al dentista y
al salir fueron a un despacho de café y
otras bebidas, donde a veces se sirven aperitivos y comidas. . Al
salir de la cafetería empezó a llover y pensaron que lo mejor sería coger un automóvil de alquiler con conductor,
provisto de taxímetro. Mientras lo esperaban se les acercó un
hombre viejo con un utensilio
portátil para resguardarse de la lluvia, compuesto de un eje y un varillaje
cubierto de tela que puede extenderse o plegarse. Su madre desconfió de él en todo momento, el hombre
les pidió una libra a cambio del paraguas que llevaba él que valía 20 libras,
con la excusa de que no podía volver a casa a pié y se le había olvidado el objeto rectangular hecho de piel u otro
material, plegado por su mitad, con divisiones internas, que se lleva en el
bolsillo y sirve para contener documentos, tarjetas, billetes de banco, etc. La
mujer le dio la libra y se quedó con el paraguas y el hombre se fue. La niña
vio al hombre andando apresurado sin intención de coger ningún taxi y se lo
dijo a su madre que decidió seguirle. Les condujo hasta un bar donde por la abertura más o menos elevada sobre el suelo, que se deja en una
pared para dar luz y ventilación, vieron que pedía un whisky
triple a cambio del billete de una libra. Seguidamente fue hasta donde tenía
colgados la gabardina y la prenda de vestir, que sirve para cubrir la cabeza, y consta de copa
y ala, los cogió pero también cogió un paraguas, y se marchó. Le
siguieron hasta la misma calle donde les había parado y vieron cómo le hacía lo
mismo a un joven.
domingo, 3 de marzo de 2013
"Todo buen relato tiene título"
Era una mañana soleada en la que caian muchos chuzos. Charlie , que tiene 9 años es un poco despistado y glotón. Esta tarde ha ganado una chocolatina gracias a su proyecto de ciencias y no sabe dónde lo ha dejado. Él piensa que en la cocina pero mamá no la ha visto, además a ella no le gustan los dulces porque es alérgica a las graminias por lo que no ha podido comérsela.
Charlie sigue pensando que quizás Marta, su hermana mayor, la cogiera antes de irse a sus clases de danza. Aunque pensándolo bien ella está a dieta, porque está muy delgada, y no piensa en otra cosa que no sea en insípidos vegetales.
Por otra parte está papá que es fanático del chocolate, aunque desde esta mañana que se fue a trabajar no ha vuelto asi que él no ha podido ser.
Charlie pensativo, salió al jardín, allí estaban su hermano pequeño Michael y su can Drack. Ámbos estaban jugando al lado del papel de la chocolatina, entonces Charlie descubrió que....
Palabras que no entiendo:
Chuzos:
1. m. Palo armado con un pincho de hierro, que se usa
para defenderse y ofender.
caer ~s.
Insípidos:
1. adj. Falto de sabor.
2. adj. Que no tiene el grado de sabor que debiera o
pudiera tener.
3. adj. Falto de espíritu, viveza, gracia o sal.
Fanático:
1. adj. Que defiende con tenacidad desmedida y
apasionamiento creencias u opiniones, sobre todo religiosas o políticas.
2. adj. Preocupado o entusiasmado ciegamente por algo.
Gazapos:
1. Está a dieta, porque está muy delgada, y no
piensa en otra cosa que no sea en insípidos vegetales.
Es un gazapo porque haces la dieta cuando estas gorda y quieres
adelgazar, y si estuvieses delgada no estarías a dieta de vegetales.
2. Ha ganado una chocolattina gracias a su
proyecto de ciencias y no sabe dónde lo ha dejado.
Es un gazapo porque no sabe donde ha dejado la chocolatina, no el
proyecto.
2. Era una mañana soleada en la que caían muchos chuzos.
Es un gazapo porque si hace sol, no llueve.
3. Chocolattina
Es un gazapo porque chocolatina solo lleva una “t”.
3.No le gustan los dulces porque es alérgica a las graminias.
Es un gazapo porque las graminias son plantas, y los dulces no están hechos de graminias.
Final 1:
…descubrió que ha sido su hermano que se había comido la
chocolatina.
Final 2:
…descubrió que lo que había pasado era que como la chocolatina había
estado al sol se había derretido.
Final 3:
...descubrió que su hermano pequeño Michael, le había dado la chocolatina a su perro.
miércoles, 6 de febrero de 2013
Primera tarea
¡Hola! Me encantaría que respondieras a unas preguntas para poder conocerte mejor.
1. ¿ Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
2. ¿ Qué te gustaría estudiar cuando seas mayor?¿ Por qué?
3. ¿ Te gustan los deportes? ¿ Practicas alguno?
4. ¿ Cómo te describirias?
5. ¿ Cuál es la asignatura que más te cuesta estudiar? ¿Por qué?
Espero que me contestes pronto.
Un saludo.
Marta.
1. ¿ Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
2. ¿ Qué te gustaría estudiar cuando seas mayor?¿ Por qué?
3. ¿ Te gustan los deportes? ¿ Practicas alguno?
4. ¿ Cómo te describirias?
5. ¿ Cuál es la asignatura que más te cuesta estudiar? ¿Por qué?
Espero que me contestes pronto.
Un saludo.
Marta.
martes, 29 de enero de 2013
Bienvenidos a mi blog
Bienvenidos a mi blog
¡Hola! Bueno, me llamo Marta, tengo 22 años, estudio en el Ces Don Bosco, Educación Primaria con mención de educación física.
Una de las cosas que más me gusta son los deportes y los niños, por eso elegí esta carrera y esta mención. El deporte que más me gusta es el baloncesto y llevo jugando 16 años. También entreno a niños de 9 y 10 años.
Con este blog podremos estar en contacto para realizar varias actividades y realizar algunos juegos para aprender y divertirse al mismo tiempo.
¡Os animo a que participeis, lo pasaremos bien y aprenderemos!
Un saludo.
Marta.
¡Hola! Bueno, me llamo Marta, tengo 22 años, estudio en el Ces Don Bosco, Educación Primaria con mención de educación física.
Una de las cosas que más me gusta son los deportes y los niños, por eso elegí esta carrera y esta mención. El deporte que más me gusta es el baloncesto y llevo jugando 16 años. También entreno a niños de 9 y 10 años.
Con este blog podremos estar en contacto para realizar varias actividades y realizar algunos juegos para aprender y divertirse al mismo tiempo.
¡Os animo a que participeis, lo pasaremos bien y aprenderemos!
Un saludo.
Marta.
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